Serie
Elementales: Silfos, Salamandras, Nomos y Ondinas de Liliana Bodoc. Alfaguara.
La serie elementales toma como hilo
conductor los elementos esenciales de la creación para los libros que la componen: Ondinas (Agua) , Salamandras (Fuego), Silfos
(Aire) y Nomos (Tierra).
El
recurso de un tema o hilo conductor la
autora ya lo exploró en otros de sus libros: Sucedió en colores
-cuentos a partir de colores básicos: negro, blanco, rojo, amarillo y verde. Y
en Reyes y pájaros cuyos protagonistas son los reyes y pájaros.
Integrada por textos de diferentes géneros literarios:
poesía, cuentos, textos teatrales, ópera, haikus. Además de cuentos de corte
fantástico, histórico, realista, de terror, romance, epistolares. Con esa voz
poética tan propia de la autora, las
palabras y los textos apelan a la sensibilidad y al placer del lector.
La
dedicatoria de cada libro es a un niño tal vez sus nietos o cercanos a su
familia. Sean quienes sean cada uno de ellos podrá atesorar, como nosotros,
estos textos increíbles de Liliana. Además, cada libro abre con un poema dedicado
al elemento tematizado.
Silfos
(Fragmento)
Tiene
mil nombres,
rostros
y sombreros.
Entra
su caballada a las ciudades
y
se lleva la vida.
Lucha
por sostener el barrilete
como
harapo glorioso.
Nos
detenemos brevemente en cada libro:
Ondinas abre
con el poema Agua que describe distintos tipos de agua y cierra con Cuento
en remolino. En este texto la
disposición de las palabras sobre la hoja acompaña como en un caligrama a la
protagonista, el lector tiene que seguir la textualidad para llegar al final.
Entre el poema del comienzo y el final en remolino, hay ocho cuentos de carácter realista (alguno con
una pizca de fantástico), que narran
historias de personajes en diferentes tiempos y lugares unidos por el agua. Este
elemento es el testigo de los
acontecimientos como en los tres cuentos con el mismo título, “El río estuvo
allí” cuyos subtítulos tienen que ver con el curso normal de un rio: la
confluencia, el curso medio y la desembocadura. El rio es escenario y punto de vista. En Ondinas conviven
lloronas falsas y verdaderas, esclavos y pintores buscando la libertad, niños
que descubren que jugar con agua puede ser más peligroso aún que jugar con fuego,
marineros, monjes e inmigrantes rumanos. El agua contempla sus vidas simples y
peculiares con destellos de sus pasiones.
Nomos: Comienza con el poema y termina con la letra de una ópera sobre Gea (la tierra) socavada por
los hombres. En el medio ocho textos que van desde un cuento de corte realista
histórico sobre Galileo Galilei, uno a partir de mapas y cuevas antiguas, una historia de amor en
torno a la alfarería, otros poemas sobre las partes de la tierra: corteza, núcleo. Una secuela de las
Mil y una noches, la noche 1002, en la cual Shezerade relata como el desierto
cobra venganza. Una anciana que visita su casa materna por el Google maps desatando los recuerdos de
su infancia. Otros con historias de
destierros, de ladrones de restos arqueológicos
Salamandras:
El poema Fuego lo abre y finaliza con un
cuento: El mismo bar, el mismo fuego en el que ingresan personajes o
tópicos relacionados con el fuego: una versión de la Vendedora de fósforos, el
fuego de un amor que vuelve a despertar, la fiesta de Halloween. La noticia de
la condecoración del hombre que tiró la bomba atómica da origen a una venganza
muy particular. Un cuento de corte
histórico sobre las Brujas de Salem, otro en el que la protagonista hace
malabares con fuego. Cantos de fuego
es ocasión el género canto que es una
construcción popular de temas
cotidianos, reúna a distintos protagonistas en torno al fuego: el primer
hombre, el chico que va a soplar las velitas de cumpleaños, la herrera que hace
la espada de Merlín. Aparece también un cuento de ciencia ficción sobre
cazadores del sol, y dos cuentos de terror enlazados por el diablo, un cuento
que desarrolla una leyenda barrial originada por un incendio.
Silfos:
comienza
con el poema y concluye con el cuento Skhizma o el arte de
dividir en el cual un chisme se convierte de brisa a huracán que desbasta . En
el resto de los relatos aparece el viento persiguiendo a una joven para poseerla, una historia de una
cautiva con los sioux hasta una
flatulencia inoportuna desencadena un drama.
En una entrevista Liliana Bodoc explicó
cómo trabajó estos textos:
Para estos libros me fui haciendo
listas, desde lo más obvio –para el agua: río, mar, gota, saliva– hasta ampliar
el campo semántico –para el fuego: la pasión, la vergüenza, la rabia–. Apareció
también la pólvora y buscando en Internet encontré la historia de Theodore Van
Kirk, el hombre que tiró la bomba atómica, y de cómo lo premiaron. Y esa bomba
que va a destruir la ciudad entera, a la que le ponen un nombre, Little Boy.
Mientras leía, dudé entre centrarme en la historia de Van Kirk o en la de uno
de los pocos que se salvó, un señor que estaba en un sauna subterráneo. Es un
dato que me llama la atención, y es la punta del ovillo. También por la idea de que, así
como aparecen de tantas maneras en nuestras vidas, yo podía trabajarlos de
muchas otras, jugando con los géneros. Me quise dar ese gusto.
La
serie elementales son libros adecuados para integrarlos en el aula en clases de
Prácticas del lenguaje o Literatura. Tiene todos los condimentos: una gran
escritora, una colección de textos de literatura con mayúsculas, la posibilidad
de explorar con los lectores el abanico de
géneros y el cruce con otras asignaturas como las de Ciencias Sociales.
Además, la lectura de estos libros puede acompañarse con propuestas de escritura
que exploren las mismas sugerencias generadoras de textos que usó Liliana Bodoc.