La
novela
Solo queda saltar de María Rosa Lojo, es una historia de
migraciones, de migrantes, esta vez dos hermanas que quedaron huérfanas durante la segunda guerra mundial y se trasladan a la Argentina a vivir con un tío materno.
A
partir de esta historia central se van entrelazando otras. Las historias principales
son la de Celia , una chica adolescente e Isolina, una niña. En la Argentina tendrán que
desarrollas su nueva vida.
La construcción del libro está planteada en dos
cuadernos, el cuaderno de Celia en la primera etapa en la Argentina, en la época del
primer peronismo. El de Isolina, setenta años más tarde, en 2018, y muestra
todo el proceso en retrospectiva, al tiempo que nos instala también en el mundo
presente.
El título
Solo queda saltar lo explica en una entrevista la misma autora:
En
el borde del mundo, en el borde de la vida, solo queda saltar. Esas alas que
llevamos en secreto, cuerpo adentro, se abren únicamente cuando nos atrevemos a
caer.” Es del capítulo 7, y corresponde a una evocación de Celia, que piensa en
el fin de la vida de su abuela; y en cómo ese final, el de la única pariente
cercana que les quedaba, las está empujando fuera de Galicia. Finisterre o
Fisterra (en gallego), lugar geográfico donde viven, y también lugar simbólico,
fue siempre un extremo, un borde del mundo. Si se quería seguir, había que
cruzar el abismo. Sugiere una especie de huida hacia adelante, que deja de ser
huida para convertirse en vuelo liberador. Llega el punto en que el Mare
Tenebrarum de los antiguos, el temible mar de las tinieblas, se transforma,
como decía Castelao, en el inmenso “mar da liberdade”, el mar de la libertad.
La novela está llena de personajes entrañables que luchan por hacerse un lugar y una nueva vida en
un país lejano y además es una novela que atraviesa la historia Argentina desde 1948 hasta la
actualidad, con referencias a hechos y personajes recientes que han marcado las
generaciones de argentinos. Una novela recomendable para leer mientras se estudia o se investiga otros textos históricos libros de historia, ensayos, memorias, prensa de la época. Además se ponen de relieve temas del presente, como
la lucha de las mujeres por conquistar su espacio, la violencia de género, las
migraciones y el diálogo de culturas.
La
primera parte es el cuaderno de Celia de 1948, en el cual Celia relata
su llegada junto a su hermana
Isolina a Chivilcoy, provincia de
Buenos Aires, provenientes de Finisterre, Galicia. Llegan para vivir con su tío Juan, dueño de un almacén de ramos generales en
una zona de confluencias entre los indígenas relegados por al conquista de desierto,
los criollos y los inmigrantes europeos que llegaban huyendo de la guerra.
Pronto se integrara Ignacia al grupo de
niñas, Ignacia es descendiente del cacique mapuche Coliqueo. Ella y su madre
huyen de Los Toldos y se refugian en la casa de Juan. Ese espacio
común, la casa y la tienda de ramos generales, se convierte en un lugar de
intercambio entre culturas que es la experiencia cotidiana de los migrantes y
que lo sobrellevan con más naturalidad y comprensión que los oriundos del lugar.
En
el segundo libro Cuaderno de Isolina
2018 es un relato desde el punto de vista de Isolina anciana y de visita
en Finisterre de donde habían salido con su hermana setenta años antes. Llega a
ese pueblo con la misión de recordar, de escribir su recuerdo y de visitar la
casa que fuera de su infancia.
El
cuaderno de Isolina es también la historia de una amistad entrañable entre
estas dos niñas: Ignacia e Isolina , que ya ancianas realizan este viaje de
retorno a Galicia. Isolina da cuenta en su cuaderno del fin de Perón, de la
dictadura, de los desaparecidos. Alusiones históricas que como pinceladas
enmarcan la vida de estas mujeres que se atrevieron a estudiar en
universidad, que se acompañaron en la infancia y que continuaron su amistad durante
toda su vida.
La primera
novela juvenil de Maria Rosa Lojo, que obtuvo la mención a Novela Juvenil en Los destacados de Alija 2018, interesante para leer con jóvenes por la
posibilidad de ensimismarse
ensimismen con personajes que desde muy
jóvenes tuvieron que sortear las dificultades más serias y logran salir
adelante. Para acompañar programas de historia reciente de la Argentina, para
comprender el drama de la inmigración. Una buena novela histórica hace que los
hechos históricos de un programa se nos acerquen.